Tras la permuta que realizó Savia para la obtención de los terrenos de la antigua harinera frente al Palacio Real, era necesaria una mínima adecuación del solar para permitir el uso público hasta su reurbanización definitiva. Esta adecuación requería la demolición de la antigua valla de obra, que impedía la visión del Palacio y su entorno desde el acceso en coche por la carretera de Madrid, y su sustitución por un nuevo vallado provisional.
Este nuevo vallado debía cumplir ciertos requisitos: ligereza y facilidad de montaje y desmontaje debido a su provisionalidad, debía proveer de iluminación al nuevo espacio público con el fin de evitar la instalación de luminarias fijas y, quizás lo más importante, debía tener cierta continuidad con el carácter histórico de la zona sin renunciar a un lenguaje más al día como requieren la ligereza y la necesidad de su más bien cercana desinstalación.
La harinera desde la presa de Palacio
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De esta manera, se tomó como referencia el ritmo del vallado histórico formado por pila ornamentada de piedra caliza y sencilla barandilla forjada como referencia, sustituyendo aquélla por una luminaria tipo baliza y ésta por pletinas dispuestas de forma que permitan la máxima transparencia en dirección al Palacio. El zócalo de caliza tiene su réplica en una base de hormigón blanco —prefabricada junto con las pletinas para facilitar su montaje— en la que está incluida la canalización eléctrica.
Vista desde la carretera de Madrid del vallado y el Palacio
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Vista del Palacio desde el solar de la harinera
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Vista nocturna del solar
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El resultado es un vallado ligero, funcional, discreto con su entorno y consciente de su limitación temporal. En este caso la labor del arquitecto ha sido transitiva, sin voluntad de permanencia pero sin por ello renunciar al diálogo con su entorno, con lo que este autor espera haber conseguido, según el criterio político vigente, salvar su vida.
“Hola, me acuerdo cuando se hizo este vallado hace unos años y quedó muy bien la zona. Las nuevas vistas del Palacio eran espectaculares. El vallado era muy bonito, la pena es que los vándalos no lo han respetado.”
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